El mareo puede ser causado por diversos factores. En este contexto, me limitaré a explicar la razón biomecánica, que es también la más común:

En el tejido contraído y sus alrededores se encuentra una miríada de sensores. Estos sensores, denominados propioceptores, modificarán la información que transmiten si se ven sometidos a presión o tracción. Dejan de enviar información veraz al cerebro sobre el movimiento dentro del tejido, y en su lugar emiten información errónea. No obstante, no se trata únicamente de información falsa, sino también de una cantidad que esa parte del cerebro no puede procesar: ¡demasiada información! Es análogo a lo que ocurre en un centro de datos cuando demasiadas personas envían mensajes simultáneamente. Se genera un caos que, en el cuerpo humano, provoca confusión y una interpretación errónea de los datos entrantes, lo que resulta en mareo…